viernes, 20 de junio de 2008

LUNA LLENA


Ayer hubo luna llena, parecía que el sol se había negado a dormir y trasnochaba bajo ese fondo oscuro limpio. Redonda, enorme y tan naranja como en las postales de atardeceres en la playa, solo que aquí ni era atardecer, ni era playa, ni era el sol despidiéndose; era la luna sentada sobre el espacio a la izquierda del cerro.
Si claro, voltee a mirarla, quise sentir algo mas allá de lo normal pero no pude, solo llegue a contemplarla y pensar que era una bella imagen en una bella ciudad. Por supuesto que me gusta esta ciudad, no soy de los que buscan colgarle sus propios temores y sus frustraciones al cuerpo de las ciudades antes que reconocerlos como algo meramente personal. En fin, seguía contemplando esa postal de atardecer nocturno y eso me llevo a otro momento, otro día, otro aire sin duda del pasado pero en un similar escenario si no es que el mismo. Uno de esos capítulos donde uno no recuerda con imágenes lo sucedido, no hay un parámetro visual de lo acontecido, sino solamente sentimental. Uno de esos capítulos donde uno no sabe exactamente de que ni de quien se trata, pero que hay una sensación de haberlo vivido antes, así como de sentir que no fue una buena experiencia la del pasado pero que sin embargo se salio avante de eso. En pocas palabras RECUERDO, pero no con la mente, sino con todo el cuerpo invisible.

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