miércoles, 13 de junio de 2007

LOA SUEÑOS NO DEVERIAN DESVANECERSE TAN RAPIDO


Los sueños no deberían desvanecerse tan rápido al despertar, tan solo podrían permanecer un poco mas en nuestra realidad como para terminar de saborearles; después es cuando se vuelven confusos, cuando van desapareciendo los detalles en cuanto abrimos los ojos, como el castillo de arena que tras el abrazo de los brazos extendidos de la ola, queda incompleto, mas no destruido.

Salíamos de Tuxtla Gutiérrez por una carretera que iba dejando atrás, esa parte no tan verde de Chiapas. Avanzábamos subiendo hacia algún secreto, como buscando el cielo entre curvas no tan pronunciadas. El carro era parecido a aquella vagoneta, que utilizaran el Diego y el Gael, o al menos, algo parecido, antiguo, con cierta atmósfera de viaje familiar, de clase mediera alta. Yo iba acompañado por alguien sin rostro, su voz no la recuerdo, pero recuerdo haberle escuchado.

Después de algunas curvas y algunos kilómetros recorridos, en los que curiosamente yo iba mirando hacia atrás, viendo como desaparecía poco a poco la ciudad, apareció el valle a nuestra derecha, un poco de pinos, no eran árboles, sino pinos espectadores de un gran lago, que a la distancia parecía pequeño, pero uno sabiendo la escala, sabia que era enorme y se le imaginaba profundo. Mantenía en sus aguas quietas un color mezclado entre el turquesa y el gris de la pared de piedra que formaba una media luna; parecía haber nacido en el fondo del lago y no en su orilla, levantándose hasta provocarnos una sensación de angustia, angustia que aparece cuando comenzamos a sentirnos pequeños ante la grandeza del paisaje. El lago era hermoso, grande, lleno de nostalgia y profundo, aunque con sus aguas muy en silencio, tan silenciosas como la saudade que deja un recuerdo después de visitarnos. Vi un extremo de la pared rocosa, como si de pronto hubiese activado un zoom in a mi antojo; entonces pude ver que estaba formada de piedra, pero también de mármol, y tenia altos relieves como los muros de algunos palacios, parecía que fuera el soporte del cielo y este ultimo el techo de un enorme recinto.

Comencé a sentir tristeza pero a la vez mucha paz, apareció una nostalgia mayor que yo, como si saliese en forma de vapor de las aguas del lago y se mezclara, con el aire arrinconado en la media luna de piedra y mármol que sostenía al cielo, o tal vez, a mis parpados caídos.

Estoy volando, mi pecho lo siente. El carro no se donde quedo, pero ahora estoy encima del paisaje. Puedo controlar mis brazos alas y manipularlos con el viento, se exactamente como girar a la derecha, como bajar la velocidad del vuelo, como caer en picada y regresar hacia lo alto, mi pecho lo siente ¿Es esta sensación, la sensación de libertad? Estoy feliz, estoy muy triste, nostálgico, en paz, libre, soñando, sintiendo que vuelo, con miedo, sin el. Tal vez sea que la libertad es tan grande, que provoca una serie de sentimientos entremezclados, aunque no se que tan real pueda ser algo que estoy sintiendo en todo yo, algo que mi pecho siente, pero que sucede en algún lugar donde aparentemente todo duerme. ¿Pueden los sueños provocar sentimientos o sensaciones y aun tenerles como algo irreal? Estoy volando, no tengo ninguna duda, se que estoy en otro universo de ojos cerrados, pero igual siento.

Como una parte del negativo de una película, al que le han cortado algunos cuadros, de pronto estoy en un pequeño poblado chiapaneco, jugando fútbol con niños zapatistas que de alguna manera, siguen bajo el mando de algún jefe de la comunidad, sin ningún rango de sub. Comandante, ni Teniente ni nada de eso: Un vil político de la región.
En pleno juego, llega un policía y nos dice que esta prohibido jugar. Comienzo a discutir con el, le pido una explicación a su orden. Mi amigo Edgar quiere “arreglarse” y yo más me molesto. Alzo la voz , le muestro mi enojo y pretendo hacerme escuchar y dar todo un discurso sobre derechos humanos (que ingenuo), pero es ahí justo cuando se escucha la voz de un indígena que dice: Ya no le digas nada, así déjalo, se va a enojar y después de todo tu te vas a ir y nosotros nos quedaremos aquí, no nos cauces problemas, por favor- Me molesta la actitud de mi amigo el psicólogo y me decepciona que se aliara con el policía y ahora van los gritos hacia el. Solo sonríe diciéndome en silencio “Así es esto, note hagas pendejo y aliviánate” No se como reaccionar ni que decir.

Abro un ojo, aun tengo la sensación de libertad y paz al haber volado sobre el lago y su media luna, recuero poco del agua, ahora pienso que tengo que ir al banco, no se porque estaba con unos niños jugando ¿Qué hora será? Ya solo queda la sensación del vuelo y una ligera imagen de agua y montañas, se esta borrando el pueblo chiapaneco, aparece un mensaje en mi teléfono, reconozco mi cuarto, voy olvidando que alguien me hablaba en el carro, ¿Por qué estaba jugando fútbol con unos niños zapatitas que a la vez no lo eran? Ah tengo que bañarme rápido si quiero llegar a tiempo, venga de una vez, levántate ya, aun siento en mi pecho haber volado. ¿Tengo que pensar que todo fue irreal? ¿Porque? ¿Quien lo sabe más que yo como para decirme que no fue cierto, que no estuve en ese pueblo, que no volé, que no había ningún lago, si yo lo siento en el pecho?

Los sueños no deberían desvanecerse tan rápido al despertar, es como dejar una puerta entre abierta y es mucho peor que estar cerrada, porque alcanzas a ver que hay algo ahí detrás de ella, pero no distingues que es y mientras quede entre abierta, el cuadro no se completara, solo serán pequeños trozos de imágenes e historias inventadas .

2 comentarios:

Ensoñadora cotidiana dijo...

Los sueños.. me gusta soñar y quedarme con la sensación, a veces recordar detalles, pero lo más es la emoción, el sentimiento trazado bajo el sopor de los amaneceres.

Me gusta ensoñar, ese momento donde no duermes pero tampoco tocas la realidad, ese mágico lugar donde todo pasa, donde la conciencia alcanza para los detalles, y las voces y los colores.. es un poco tramposo, por qeu escojo con quien habitar, a quien mirar, que escuchar

bienvenido el sueño y la ensoñación, bienvenida la locura con los ojos cerrados, el viaje al interior
bienvenido el recuerdo del mundo que siempre es aunque de él solo quede una vaga sensación

Marina al fin dijo...

Hola Soñador! Ya formas parte de mis interesantísimos. Los sueños no se desvanecen si sabes cuidarlos. Es una cuestión de mimo...